¿Cómo prepararte para cada tipo de consulta médica?
En el recorrido de quienes viven con una enfermedad poco frecuente como la miotonía no distrófica, las visitas médicas suelen formar parte de un proceso largo, con muchas dudas y decisiones en el camino. No siempre es fácil encontrar respuestas claras o sentirse escuchado, y por eso cada consulta médica puede convertirse en una oportunidad valiosa para avanzar, aunque sea un poco.
Ir al médico puede generar ansiedad, especialmente si te preocupa lo que puedan significar tus síntomas o si no tienes claro cómo explicar lo que estás sintiendo. Aun así, cada consulta es una buena oportunidad para hacer preguntas, conocer mejor tu salud y, si sientes que no estás mejorando, hablar sobre posibles cambios en el tratamiento.
Una buena preparación puede marcar la diferencia en cada etapa del recorrido médico. Aquí puedes encontrar guía adaptada a tres momentos clave:
Cuando empiezas a notar los síntomas
Notar que algo en tu cuerpo no está funcionando como antes puede generar dudas o preocupación. Si sientes rigidez muscular, dificultad para relajarte después de un movimiento, o síntomas que aparecen sobre todo con el frío o el esfuerzo, es importante no dejarlos pasar y acudir a tu médico o neurólogo.
¿Cómo prepararte?
- Anota qué síntomas experimentas, cuándo empezaron y si han empeorado con el tiempo. Descarga aquí tu diario de síntomas.
- Describe con qué frecuencia ocurren y en qué momentos del día (por ejemplo, al despertarte o después de hacer ejercicio).
- Si tienes familiares con síntomas similares, apúntalo también: esta información puede ser clave.
- Lleva un pequeño diario durante unos días, donde registres qué situaciones o factores parecen empeorar o mejorar tus molestias.
- Escribe las preguntas que quieras hacerle a tu médico para que no se te escapen en consulta.
- Pídele a un amigo o familiar que te acompañe.
Llevar esta información a tu primera consulta puede servir para que tu médico pueda orientarse mejor.
Durante la consulta
- Intenta ser lo más conciso y claro posible.
- Explica cuándo empezaste a notar los síntomas y si han ido cambiando. Usa frases como “hace unos meses noté que…” o “al hacer esto me pasa que…”.
- Describe cómo los síntomas impactan tu día a día, aunque sea de forma sutil (por ejemplo, “me cuesta más levantarme por las mañanas” o “tengo que evitar el frío porque empeora todo”). No solo tienes que enfocarte en los síntomas físicos, también puedes contarle cómo esto te está afectando a nivel mental y calidad de vida.
- La rigidez muscular puede estar causada por muchas otras condiciones, por lo que es recomendable que detalles cómo y cuándo sientes que se bloquean tus músculos o que tienes problemas para relajarlos después de ciertos movimientos.
- Comenta si alguien en tu familia ha tenido algo parecido.
- Pregunta todo lo que te preocupes, incluyendo si es necesario hacer estudios o derivarte a un especialista.
- Anota o pide que te anoten lo que te recomienden hacer a continuación.
Al visitar un especialista para ser diagnosticado
Este es un momento importante, ya que un neurólogo o especialista podrá ordenar estudios más precisos (como electromiogramas o pruebas genéticas) y darte un diagnóstico certero.
¿Cómo prepararte?
- Reúne todos los informes médicos previos, aunque creas que no están relacionados.
- Lleva toda la información que preparaste antes ara la consulta anterior, incluyendo una lista de tus síntomas, con ejemplos concretos.
- Prepárate para explicar cómo estos síntomas afectan tu vida diaria (trabajo, ejercicio, vida social, etc.)
- Anota tus dudas o inquietudes, incluso aquellas que parezcan pequeñas.
- Pregunta si puedes ir acompañado/a por alguien: tener apoyo emocional es muy valioso.
Descarga una guía práctica con preguntas útiles de cara a esta consulta, para que no se te olvide nada.
Durante la consulta
- Presenta todos los informes previos (aunque no parezcan relevantes).
- Explica con ejemplos cómo vives tus síntomas día a día: “cuando hago ejercicio me cuesta relajar los músculos” o “el frío hace que me bloquee”.
- No dudes en contar cómo te afecta emocionalmente: la frustración, el cansancio o la incertidumbre también son parte de la experiencia.
- Pregunta con tranquilidad: qué tipo de miotonía podría ser, qué pruebas son necesarias, y qué pasos siguen.
- Si recibes información médica o técnica que no entiendes, pide explicaciones claras y con tus palabras.
- Si hay sospecha de un componente genético, pregunta sobre el papel del genetista.
- Recibir un diagnóstico puede ser abrumador o sentirse como un alivio y, en cualquiera de los casos, es normal que te surjan más dudas después de la consulta. Pregunta si puedes contactar con tu especialista o una enfermera más adelante para resolverlas.
- Antes de salir, asegúrate de saber cuáles son los siguientes pasos: volver a consulta, hacer seguimiento o empezar un tratamiento.
Seguimiento tras el diagnóstico
Una vez que ya tienes un diagnóstico de miotonía no distrófica, el seguimiento es clave para ajustar el tratamiento, evaluar si necesitas nuevas estrategias y revisar cómo evoluciona tu calidad de vida.
¿Cómo prepararte?
- Planea tu visita con tiempo y procura llegar antes de la hora de la cita, ya que pueden ser difíciles de conseguir y tu neurólogo tendrá muchos pacientes que atender.
- La miotonía en pacientes con NDM puede variar y ser impredecible, por lo que tus síntomas podrían estar mejor o peor de lo habitual cuando visites al neurólogo. Por eso, asegúrate de actualizar tu diario de síntomas, anotando qué actividades diarias todavía te cuestan y qué estrategias estás usando para manejarlos.
- Prepara una lista de preguntas que quieras hacer durante la cita.
- Piensa en tus objetivos para la visita, por ejemplo, recibir más consejos para manejar tus síntomas.
- Consulta si puedes llevar contigo a la cita a un amigo, familiar o alguien cercano para que te acompañe.
Te dejamos una plantilla descargable para ayudarte a organizar esta información antes de tu cita.
Durante la consulta
- Comenta cómo te has sentido desde la última visita: si algo ha mejorado, empeorado o se mantiene igual.
- Describe cómo te ha funcionado el tratamiento (medicación, fisioterapia, cambios de hábitos).
- Lleva una lista de los efectos secundarios o incomodidades que hayas tenido.
- Pregunta si hay nuevas opciones terapéuticas o recursos que puedas incorporar a tu rutina.
- No olvides compartir si ha cambiado tu entorno (trabajo, familia, movilidad), para ver si es necesario adaptar tu tratamiento.
- Aprovecha para reforzar con el médico tu objetivo: mejorar tu calidad de vida en lo concreto.
En el recorrido de quienes viven con una enfermedad poco frecuente como la miotonía no distrófica, las visitas médicas suelen formar parte de un proceso largo, con muchas dudas y decisiones en el camino. No siempre es fácil encontrar respuestas claras o sentirse escuchado, y por eso cada consulta médica puede convertirse en una oportunidad valiosa para avanzar, aunque sea un poco.
Ir al médico puede generar ansiedad, especialmente si te preocupa lo que puedan significar tus síntomas o si no tienes claro cómo explicar lo que estás sintiendo. Aun así, cada consulta es una buena oportunidad para hacer preguntas, conocer mejor tu salud y, si sientes que no estás mejorando, hablar sobre posibles cambios en el tratamiento.
Una buena preparación puede marcar la diferencia en cada etapa del recorrido médico. Aquí puedes encontrar guía adaptada a tres momentos clave:
Cuando empiezas a notar los síntomas
Notar que algo en tu cuerpo no está funcionando como antes puede generar dudas o preocupación. Si sientes rigidez muscular, dificultad para relajarte después de un movimiento, o síntomas que aparecen sobre todo con el frío o el esfuerzo, es importante no dejarlos pasar y acudir a tu médico o neurólogo.
¿Cómo prepararte?
- Anota qué síntomas experimentas, cuándo empezaron y si han empeorado con el tiempo. Descarga aquí tu diario de síntomas.
- Describe con qué frecuencia ocurren y en qué momentos del día (por ejemplo, al despertarte o después de hacer ejercicio).
- Si tienes familiares con síntomas similares, apúntalo también: esta información puede ser clave.
- Lleva un pequeño diario durante unos días, donde registres qué situaciones o factores parecen empeorar o mejorar tus molestias.
- Escribe las preguntas que quieras hacerle a tu médico para que no se te escapen en consulta.
- Pídele a un amigo o familiar que te acompañe.
Llevar esta información a tu primera consulta puede servir para que tu médico pueda orientarse mejor.
Durante la consulta
- Intenta ser lo más conciso y claro posible.
- Explica cuándo empezaste a notar los síntomas y si han ido cambiando. Usa frases como “hace unos meses noté que…” o “al hacer esto me pasa que…”.
- Describe cómo los síntomas impactan tu día a día, aunque sea de forma sutil (por ejemplo, “me cuesta más levantarme por las mañanas” o “tengo que evitar el frío porque empeora todo”). No solo tienes que enfocarte en los síntomas físicos, también puedes contarle cómo esto te está afectando a nivel mental y calidad de vida.
- La rigidez muscular puede estar causada por muchas otras condiciones, por lo que es recomendable que detalles cómo y cuándo sientes que se bloquean tus músculos o que tienes problemas para relajarlos después de ciertos movimientos.
- Comenta si alguien en tu familia ha tenido algo parecido.
- Pregunta todo lo que te preocupes, incluyendo si es necesario hacer estudios o derivarte a un especialista.
- Anota o pide que te anoten lo que te recomienden hacer a continuación.
Al visitar un especialista para ser diagnosticado
Este es un momento importante, ya que un neurólogo o especialista podrá ordenar estudios más precisos (como electromiogramas o pruebas genéticas) y darte un diagnóstico certero.
¿Cómo prepararte?
- Reúne todos los informes médicos previos, aunque creas que no están relacionados.
- Lleva toda la información que preparaste antes ara la consulta anterior, incluyendo una lista de tus síntomas, con ejemplos concretos.
- Prepárate para explicar cómo estos síntomas afectan tu vida diaria (trabajo, ejercicio, vida social, etc.)
- Anota tus dudas o inquietudes, incluso aquellas que parezcan pequeñas.
- Pregunta si puedes ir acompañado/a por alguien: tener apoyo emocional es muy valioso.
Descarga una guía práctica con preguntas útiles de cara a esta consulta, para que no se te olvide nada.
Durante la consulta
- Presenta todos los informes previos (aunque no parezcan relevantes).
- Explica con ejemplos cómo vives tus síntomas día a día: “cuando hago ejercicio me cuesta relajar los músculos” o “el frío hace que me bloquee”.
- No dudes en contar cómo te afecta emocionalmente: la frustración, el cansancio o la incertidumbre también son parte de la experiencia.
- Pregunta con tranquilidad: qué tipo de miotonía podría ser, qué pruebas son necesarias, y qué pasos siguen.
- Si recibes información médica o técnica que no entiendes, pide explicaciones claras y con tus palabras.
- Si hay sospecha de un componente genético, pregunta sobre el papel del genetista.
- Recibir un diagnóstico puede ser abrumador o sentirse como un alivio y, en cualquiera de los casos, es normal que te surjan más dudas después de la consulta. Pregunta si puedes contactar con tu especialista o una enfermera más adelante para resolverlas.
- Antes de salir, asegúrate de saber cuáles son los siguientes pasos: volver a consulta, hacer seguimiento o empezar un tratamiento.
Seguimiento tras el diagnóstico
Una vez que ya tienes un diagnóstico de miotonía no distrófica, el seguimiento es clave para ajustar el tratamiento, evaluar si necesitas nuevas estrategias y revisar cómo evoluciona tu calidad de vida.
¿Cómo prepararte?
- Planea tu visita con tiempo y procura llegar antes de la hora de la cita, ya que pueden ser difíciles de conseguir y tu neurólogo tendrá muchos pacientes que atender.
- La miotonía en pacientes con NDM puede variar y ser impredecible, por lo que tus síntomas podrían estar mejor o peor de lo habitual cuando visites al neurólogo. Por eso, asegúrate de actualizar tu diario de síntomas, anotando qué actividades diarias todavía te cuestan y qué estrategias estás usando para manejarlos.
- Prepara una lista de preguntas que quieras hacer durante la cita.
- Piensa en tus objetivos para la visita, por ejemplo, recibir más consejos para manejar tus síntomas.
- Consulta si puedes llevar contigo a la cita a un amigo, familiar o alguien cercano para que te acompañe.
Te dejamos una plantilla descargable para ayudarte a organizar esta información antes de tu cita.
Durante la consulta
- Comenta cómo te has sentido desde la última visita: si algo ha mejorado, empeorado o se mantiene igual.
- Describe cómo te ha funcionado el tratamiento (medicación, fisioterapia, cambios de hábitos).
- Lleva una lista de los efectos secundarios o incomodidades que hayas tenido.
- Pregunta si hay nuevas opciones terapéuticas o recursos que puedas incorporar a tu rutina.
- No olvides compartir si ha cambiado tu entorno (trabajo, familia, movilidad), para ver si es necesario adaptar tu tratamiento.
- Aprovecha para reforzar con el médico tu objetivo: mejorar tu calidad de vida en lo concreto.

